"GILDA" (1946) de Charles Vidor

jueves, 27 de marzo de 2008



Gilda es la nueva esposa del regente-gánster de un casino en Buenos Aires. La mano derecha del gánster es Farrell, que, antes de llegar a Argentina, tuvo un "affaire" con Gilda que se tornó en una relación odiosa con el paso del tiempo. Ahora, vuelven a encontrarse. Y surgirán chispas, pero... ¿de qué clase?



No hay nada como la sensualidad para "agitar conciencias". La película fue tan famosa como vilipendiada. En la España de la "época" se consideró escancalosa por la escena del guante. Tanto derroche de erotismo era inconcebible. ¡La sensualidad es pecado, señores!

O tal vez el pecado está en querer acariciar la piel suave que se adivina, en imaginar estremecedoras caricias o en posar la vista en esa mirada de gata buscando pelea.

Y las conciencias "bienpensantes" del momento español prohibieron la película por ser "gravemente peligrosa". Sería, más bien, por el "grave peligro" de imaginar ser el objeto del deseo de Gilda. En verdad os digo que el mayor pecado sería no imaginarlo.

A Margarita Carmen Cansino, de nombre artístico Rita Hayworth, la marcó el hecho de hacer esta película. Ya podéis adivinarlo por la frase que dijo para la prensa: «Todos los hombres que conozco se acuestan con Gilda, pero se levantan conmigo». Esta película la convirtió en el mito erótico del momento y ensombreció el resto de su trayectoria.

Durante los años 60 empezó el declive de su carrera. Se piensa que por el alcoholismo, que hacía que olvidara los guiones y degradara su físico. Sí, se refugió en el alcohol para sortear el desconcierto y los síntomas de un Alzheimer no diagnosticado hasta 1980. Murió en 1987, a los 68 años.

Enlaces: Gilda (Wikipedia), curiosidades sobre la película y la actriz (Wikipedia), enlaces altamente recomendados. Gilda (IMDb) y Charles Vidor, el director de la película (Wikipedia).

La foto del inicio es la que yo considero la escena más sensual de la película (creo que la escena del guante está sobrevalorada). Gilda canta, algo achispada, y se quita el guante. Al acabar la canción, el público aplaude, en concreto dos señores que, enfervorizados, la animan a que siga despojándose de todo aquello que le sobra (el vestido). Ella anuncia que para eso necesita ayuda, a lo que los dos hombres se ofrecen como entusiastas voluntarios. Mientras discuten y pelean por quién de ellos bajará la cremallera (las puertas del paraíso), Gilda, con el pelo sujeto en la nuca, ve al pistolero de su marido, antiguo amante, que la mira encolerizado.

Ella sonríe y desafía.

Disfrutad de la película.

3 COMENTARIOS:

milady dijo...

yo de mayor quiero ser Gilda!!! por lo guapa, pero sin ninguno de sus marido spetardos,jeje.
Buena película.

gatao dijo...

A mi, la pelicula me parece sobrevalorada y hecha para el lucimiento de la actriz particularmente. El guion me parece cojo y el trasfondo psicologico de los dos protagonistas son de tratamiento clinico. No creo que la prohibicion a la que se refiere Gattaca, se debiera al striptease del guante, sino mas bien a la racion de muslamen y al contoneo de caderas que en esa y otras escenas nos ense�a.
Lo dicho; muy sobrevalorada. Y al igual que marco su carrera indebidamente, tambien indebidamente, la alzo como una gran pelicula de aquella epoca en la que habia peliculas mucho mejores.
Buena, pero nada mas.

el gato con bota dijo...

el guante, el muslamen y el baile moviendo el culo pudieron ser evidencias físicas y sensuales que en su momento alentaron la censura en las mentes resentidas e hipócritas. pero creo que lo que de verdad querían censurar en esta película es el atisbo de una mujer libre (en el caso de Gilda también inestable y materialista), que va probando distintos hombres, manejando lo que puede, utilizádolos y dejándolos cuando ya no puede más... ya lo dijo, si ella fuera un rancho, se llamaría "tierra de nadie", y eso era un peligro para el poder masculino-religioso-moralista-fascista de los años 40 españoles y de otros sitios supuestamente más avanzados. Interesante, aunque muy de pasada el tema de los alemanes que han perdido la guerra, porque más allá de las batallas y de lo militar, las guerras también suponían luchas y reequilibrios de empresas y recursos naturales que estaban detrás del poder.